viernes, 6 de marzo de 2009

A pesar de no ser famosa...


Nunca quise tener un blog, ni estuve muy de acuerdo con ellos, a excepción de los creados con fines específicos o temas de interés. Sitios comerciales, artísticos, de famosos, o incluso de temas faranduleros que llaman la atención de la gente. Solía preguntarme: ¿quién cresta soy yo para que a alguien se meta a ver una sarta de tonteras publicadas en una página web bajo mi nombre? Si ni siquiera he escrito un libro, ni soy una científica famosa (aún...), ni me he metido con futbolistas o agarrado de las mechas en la tele con nadie.
Yo "rallo la papa" con gusto y a menudo me encontrarán razonando sobre la inmortalidad del cangrejo, pero de todos modos creía que era ser narcisista, autorreferente o a hasta un poco iluso pensar que alguien se preocuparía de ojear y leer mis escritos periódicamente. ¿Le importaría todo eso a otra persona, aparte de mí? Es más...¿a alguien le interesará realmente lo que estoy escribiendo ahora?
Y si sumamos aún más cosas negativas: el sólo hecho de tener una entrada en la web, tan abierta a todos, me producía (y me sigue produciendo) bastante escozor. En estos tiempos en que se encuentra de todo y de todos, y en que con un click accedes a cualquier parte o podrías averiguar de la vida de cualquiera (ej: Dicom), podríamos analizar los pro y los contra de vivir en un mundo totalmente intercomunicado. La globalización, o como sea que le llamen, produce que la caída de la bolsa en Estados Unidos o Asia genere una crisis mundial. Y aunque yo no lo quiera esta máquina es, obviamente, imposible de frenar. Si incluso desconectarse en Cachiyuyo cuesta, porque en la mitad de ese desierto está la casetita teléfonica del réclame de CTC, seguramente sumada a uno que otro café virtual actualmente. No hay nada que hacer con eso, de eso ahora nadie se libra.
Sin embargo, y si quisiéramos, igual podríamos intentar defender la creación de un blog desde otro punto. Es verdad: quizás nunca miren lo que escriba o publique en este blog, y quizás esto no le interese a nadie más que a mí solita. Pero bien, ¿no es eso lo que importa, finalmente? ¿Qué es toda esta explosión de flora y fauna de sitios web, pockemones y demases, sino un intento de catarsis individual y colectiva?
Trascender, aunque sea a través de un conjunto de resabios de expresión, aunque sea para sentirse uno mismo. Si, al final, de nada sirve vivir en este mundo rápido e intercomunicado si no existe cierto grado de globalización interna...

1 comentario:

  1. … una profesional, artista, científico, deportista … intensa, estructurada, honesta, compleja … un poco narcisista … un diamante, seguro, nada de bruto
    … una persona trabajada, desarrollada, superior … nada bruta
    … dice que es en bruto, pero ¡qué …!

    Me gustó

    ResponderEliminar