jueves, 26 de enero de 2012

La catedral de dulce.



Catedral de la Sangre derramada ("Our Savior in the Blood").
San Petersburgo.
Rusia.

Mester de Juglaría

...No seré yo quien transforme el mundo
Resulta, después de todo, fácil decirlo,
y, bien entendido, una confesión humillante
puesto que admiro a los insoportables héroes y
nunca han sido tan elocuentes quizás
como en esta época llena de sonido y de furia
sin más alternativa que el crimen o la violencia

Que otros, por favor, vivan de la retórica
nosotros estamos, simplemente, ligados a la historia
pero no somos el trueno ni manejamos el relámpago

Algún día se sabrá
que hicimos nuestro oficio el más oscuro de todos
o que intentamos hacerlo

Algunos ejemplares de nuestra especie reducidos
a unas cuantas señales de lo que fue la vida
en estos tiempos
darán que hablar en un lenguaje todavía
inmanejable

Las profecías me asquean y no puedo decir más.

Enrique Lihn, 1966.
(fragmento).

sábado, 7 de enero de 2012