miércoles, 24 de junio de 2009

Pateando piedras...

Les gusten o no, "Los Prisioneros" muestran al menos parte de la realidad social de nuestro país, con ochenteras, y aún acertivas letras de temáticas nacionales, aún vigentes, que incluso podrían ser extrapoladas a otras naciones del continente ("Sudamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos"??).

Aparte de "Quién mató a Marilyn" (que extrañamente era mi canción favorita para balbucear en restaurantes a los 5 años),"El baile de los que sobran", anda dando vueltas por mi mente, consciente e inconscientemente, desde los recuerdos de mi más tierna infancia. No fue más que hace poco que se vino a mi memoria nuevamente, y me la replantié ante un amigo europeo que no dejó de tocar mi orgullo, pero sobre todo preocuparme. Mientras este país la educación no sea realmente un derecho, si no más bien un derecho para la elite que pueda pagarla, los ricos seguirán siendo ricos y los pobres seguirán siendo igual o más pobres, contribuyendo eternamente a la inequidad social y mantención del subdesarrollo.

Actualmente, y como chilenos, debemos asumir que estamos lejos de ser un país igualitario, y lamentablemente la temática educacional tampoco se escapa. Hoy en día, el poder adquisitivo rige inclusive por sobre este, y otros, derechos fundamentales, y si bien no podemos culpar a la gente con plata por poseerla, tampoco podemos culpar al pobre pelagato que, estudiando en un colegio público o subvencionado de dudosa calidad, no desarrolla sus aptitudes de acuerdo a su potencial; o, peor aún, luego de quedar en la universidad, y con la capacidad intelectual para estudiar lo que quiera, termina con suerte en el primer sucucho que le alcance para sacar el título que sea, o trabajando en lo primero que encuentre para vivir. El que viene de una familia acomodada, en cambio, termina siempre en la universidad graduándose igual y como sea para ser un profesional de donde sea que sea, total, luego de egresar va tener buena pega asegurada igual, casi por "herencia", "genética" o "cromosómica"de la empresa familiar.

Dentro de los matices, y a pesar de que el rol de docencia, investigación y extensión es cubierto principalmente por universidades estatales, creo que igual puede haber educación privada de buena calidad y no morderé la mano que me da de comer. Mal que mal, el tema de la famosa "cota mil" y similares podría incluso representar un tipo distinto, pero no menos deletéreo, de discriminación, y un intento erróneo de generalizar y segregar sin estar siquiera enterado o conocer la realidad del otro lado. Porque incluso para esto existe otra cara de la moneda, y yo puedo decir que la vivo día a día...

Pero la educación no se hereda, señores; en la vida (y la educación) se debe acceder y ascender por meritocracia y talento. Si al final da lo mismo si se tiene plata o no, o si se entra en el sistema público o privado; lo importante, creo yo, es que el que tenga capacidades, estudie de acuerdo a ellas. Por lo en realidad que estoy abogando es por la necesidad de una mayor regulación y participación gubernamental, o de quien cresta sea, para obtener el otorgamiento de una educación chilena de calidad, y un acceso libre y equitativo a las oportunidades. Pues así como el mercado está regulado por la ley de la oferta y la demanda, ¿no debería regir ésta también en el campo laboral? ¿No deberían salir profesionales en una calidad y cantidad necesaria para satisfacer las necesidades de este país y su población?, ¿o es que la educación se ha transformado en un negocio más que determina un im-progreso que se salió de control???

El problema pasa, una vez más por la búsqueda de un equilibrio, esta vez en cuanto a capacidades versus dinero. Que no falte uno en desmedro del otro, para que se desencadene por fin un balance en algo, en este país donde se dice que todos tenemos "igualdad ante la ley". ¿Será ante la ley de Dios, me pregunto yo??


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