De nuestros respectivos paraísos
mutuamente excluidos por decreto
del amor revertido en otro molde
Indiferencia tuya tras el gesto
de arrojarte en mis brazos como en
-tú lo dijiste- una película muda
Me cogoteaste el corazón, vampira
y lo golpeo ahora con un combo
para darle otra forma que la tuya.
O ¿no seguiste en eso por horror
al vacío que soy, verdad, paloma?
Enrique Lihn.
jueves, 12 de mayo de 2016
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